Ciclistas
Chaves en la casilla de salida
La vida a veces te pone en la casilla de salida, son quiebros, requiebros, virajes, giros bruscos. Te zarandea, juega a la piñata mexicana contigo, te pone una venda, te da mil vueltas, te desorienta y al final de todo, te sientas, miras, centras la mente y ves que estás en el principio, estás en la casilla de salida.
Y así estaba Esteban Chaves en Bérgamo, en la base de la extraordinaria ciudad alta que conserva alguna de esas atalayas medievales que el renacimiento cercenó porque las consideraba inadecuadas al nuevo ideal. Chaves reportaba, en una nube de micros, lo que dio de sí la jornada por Lombardía recordando que él aterrizó en Europa, en su ciclo del Coldeportes, vía Bérgamo, sí por las calles en las que saboreaba el primer monumento de la historia del ciclismo colombiano.
Curioso. Hace un año todo lo que surgía desde el equipo colombiano que puso a Chaves en la senda europea, el nido del ciclismo, no era precisamente bueno. Aquel equipo, como un día nos comentaron desde el país sudamericano, era de todo menos colombiano. Tenía el patrocinio del país, sí, pero la base y la dirección estaban en Italia. Se habló, en el momento de su desaparición, de condiciones dantescas para los corredores que se aventuraron en el bloque. Condiciones que seguro Chaves vivió, y las vivió en Bérgamo, curiosamente, el lugar donde saboreaba el mejor momento de su ya prolífica carrera.
La casilla de salida. Ahora Chaves pisa Bérgamo como un corredor reconocido, apreciado y bien pagado. Una situación diametralmente diferente a las penurias que imagino habrán pasado él y sus compañeros cuando residían en Bérgamo, en esos días en los que seguramente afinó ese italiano fluido y grácil que muestra cuando le entrevistan cada vez que gana, bien sea en Emilia, en las coronillas de Bolonia, o en el cogollo lombardo.
Desde que Chaves sacara la cabeza por su lesión de hace tres años y fichara por Orica no ha habido carrera que le haya ido peor que la anterior. Cada vez mejor, cada vez adelante. Un camino fraguado de pasión por el ciclismo y por el apoyo incondicional de sus familiares. Un camino que este año ha experimentado un cambio cualitativo, sin duda.
Chaves, siempre en segunda línea, ha dado el pasado adelante y ha pasado al ataque, y cada vez que lo ha hecho el resultado le ha acompañado. Él inició el desgaste y posterior desastre de Kruijswijk en el Giro, él remontó a Contador para el podio de la Vuelta y él formó el grupo ganador de Lombardía.
En unas fechas históricas para Colombia, su ciclismo saca y exporta la mejor imagen del país y eso no es todo, aún le quedan retos a ese ciclismo que un día fue exótico y ahora se instala entre las potencias. Chaves, el ciclista de Bogotá, de ahí sus rasgos menos indígenas, es otro más en una nave plagada de grandísimos ciclistas, pero que a nadie se olvide, para que Chaves esté aqui, lo mismo que Nairo y otros tantos, hubo uno que abrió la veda, Rigoberto Uran, cuyos problemas para ganar son motivos de chanzas para algunos cuando en definitiva el pisó un terreno que marcó la senda a otros muchos.
Imagen tomada del FB de Il Lombardia
INFO
Wout Van Aert
Las certezas de la caída de Van Aert en Flandes
Esta caída redunda en la mala suerte de Wout Van Aert en las carreras que mejor le van
Qué forma de perderlo todo en un mal paso, pobre Wout Van Aert y también pobre Tiesj Benoot quien en un lance de carrera «propició» la caída de su líder.
Tiesj Benoot: "We were doing the leadout before Kanarieberg, they asked me to accelerate. I think Wout was standing up. He touched my back wheel, I feel quite shit about it actually. " #DDV24 pic.twitter.com/2b3NDahpb1
— Mihai Simion (@faustocoppi60) March 27, 2024
Señoras, señores, nos quedaremos con las ganas, no habrá Van Aert vs Van der Poel ni en Flandes, tampoco en Roubaix, ni siquiera en Amstel Gold Race.
Los quejidos de Van Aert tras la caída, sentado, con la espalda en carne viva, llorando de dolor físico y emocional, eso es brutal, como aquella vez que los gritos de Joseba Beloki sobrepasaban el ruido de motos coches y demás en aquel descenso del Tour de hace 21 años.
El ciclismo, tan bello e inspirador, se cobra víctimas en el momento más inesperado, en una maniobra de carrera de las que hay miles en cada lance y nunca pasa nada… hasta que pasa.
Wout Van Aert le había dedicado a esta primavera mimo, renuncia y trabajo, ahora todo a la borda, no puedo estar más triste por uno de los ciclistas que más admiro.
Pensar en el espectáculo del que se nos ha privado es lo primero que nos viene a la mente y es lícito y humano, pero joder, dadle una vuelta al estado de forma que el corredor ha estado construyendo durante meses y que se vaya de esta manera.
Eso es peor si cabe, aunque por suerte, sus lesiones tienen recuperación relativamente sencilla, si bien las morales, esas pesarán más días y noches.
Lo de Visma en esta primavera es para hacérselo mirar, y no por que ellos se lo hayan buscado, les ha venido, como un tsunami selectivo y se ha llevado por delante el «escuadrón» de la primavera.
Eso sí, con Van Aert en ambulancia camino del hospital, han retomado el paso, se han ido a por la carrera y Matteo Jorgenson, sobre quien escribía esta mañana que podría ser el otro Van Aert en el Tour, ha solventado con maestría.
En fin, que el ciclismo te lo da, el ciclismo te lo quita, aunque lo de Van Aert en estas carreras empieza a ser algo así como una maldición china.
Ciclismo de carretera
¿Es Jorgenson el nuevo Van Aert de Visma?
La polivalencia de Jorgenson se acerca a ser sustituto del belga en el Visma del Tour
El salto de calidad que Matteo Jorgenson ha dado en el Visma es una de las noticias del año.
Capaz de ganarle la Paris-Niza a Evenepoel y Roglic, dos del «big 6» y estar delante en una grande de los adoquines como Het Nieuwsblad y Harelbeke, el americano es uno de los pocos corredores que veo un día pudiera aspirar a entrar entre los más grandes.
No lo está aún, como vimos en Harelbeke, donde se dedicó, como todo su equipo, incluido Van Aert, a apagar los fuegos que Mathieu Van der Poel se dedicó a encender por doquier.
Los amarillos tienen una piedra en el zapato de las clásicas con el neerlandés.
En todo caso, a nadie se le escapa que Jorgenson ha llegado para mejorar, y mucho, el bloque del Visma.
Con los nuevos planes para Wout Van Aert, pendiente del Giro y la Vuelta, sin el Tour en su calendario, alguien debe asumir parte del rol del belga sobretodo en el Tour de Francia.
Hablar de Van Aert en la mejor carrera del año es hacerlo de un ciclista omnipresente, en todos los charcos, en todos los cortes, un seguro de vida para el doble ganador de la carera, Vingegaard, y, para más inri, un rematador excepcional, con triunfos de etapa en todos los terrenos, desde el Ventoux a Campos Elíseos, pasando por las cronos.
Visma afrontó con éxito el pasado Tour sin Primoz Roglic, con las dudas que ello generó a priori, y ahora plantea la mejor carrera del mundo sin el bagaje de Wout Van Aert.
Sin embargo, al mismo tiempo crece, Matteo Jorgenson, quien además de conocer el Tour, es lo más parecido que tienen a Van Aert.
No creo que el americano llegara a la opulencia física que luce el belga en Francia, pero ojo a la cantidad de agujeros y momentos decisivos que puede decantar el ex del Movistar.
Lo hace todo bien, se mueve en todos los terrenos, siendo excelente para jornadas como la del sterrato y en la montaña, donde tendrá relevancia como su compatriota Sepp Kuss.
A Jonas Vingegaard le importa mucho el poder del equipo, en especial por esta escalada que existe entre Visma y UAE, de ahí que nos queden poquitas carreras para ver a Jorgenson antes de que compita en el Tour.
Egan Bernal
Volta: Egan Bernal ha ganado su carrera
El podio de Egan Bernal en la Volta no puede ser el final del trayecto
Cuando Egan Bernal afrontó el tramo final de esta Volta en Montjuïc le debieron venir algunos recuerdos.
Aún tengo su imagen inmóvil en el suelo en la entrada de la última curva, hace seis años por una tremenda caída que provocó su abandono, tras haber sido una de las sensaciones de la carrera.
Al año, Egan Bernal sería podio en la Volta, tercero, tras Miguel Ángel López y Adam Yates en unas semanas en las que el colombiano era el centro del ciclismo mundial, ganador en Niza, días antes, se haría con el Tour de Francia, meses después.
A mi Egan Bernal siempre me ha gustado, la naturalidad, el desparpajo unidos a una calidad ciclista brutal que ha tenido su antes y después en el accidente de hace poco más de dos años.
Lo suyo ha sido una carrera contra los elementos, de a ver si sale vivo a volver a pisar el cajón de una carrera World Tour hay un trecho que el flaco colombiano se ha zampado sin más.
Dijo cuando la caída que afrontaba la carrera más importante de su vida, pues bien puede decir que la ha ganado.
El Egan Bernal de antes del accidente, lo recordaremos era un espectáculo sobre la bicicleta, venía de ganar un Giro y de armar una gran jornada camino de los Lagos en la Vuelta a España-
No tenía la infalibilidad de los eslovenos, pero sí carisma, luz y foco.
Hoy está como entonces, Egan Bernal vuelve al nivel en el que estaba.
No sé si ganará otra grande, ojalá la Vuelta, pero se ha cargado todos los pronósticos que decían que no volvería a ser el mismo.
Su Volta a Catalunya ha sido como es él, no ha estado al nivel de los dos primeros, pero sacóo la cabeza en medio de una muy buena selección de ciclistas cuajando una excelente etapa en el Berguedà, que le valió hasta que Mikel Landa no le disputara la bonificación que tanta falta le hacía.
Y ahí estuvieron los tres del podio haciéndose una selfie.
Ahora ¿qué será lo siguiente?
Volver a ganar estaría bien, optar a la Vuelta, lo firmaría, aunque él, mejor que nadie, sabe como se las gastan los dos cocos, Egan Bernal acompañó a Vingegaard en el podio de O Gran Camiño y a Pogacar en éste de la Volta.
Imagen: Volta Catalunya
Tadej Pogacar
Volta: ¿Es aburrido Tadej Pogacar?
La forma en la que Pogacar sentencia las carreras como la Volta no deja alternativa
Miradlo, ahí en la meta de BCN, haciendo el cuatro sobre las etapas que Pogacar que se llevó de la Volta a Catalunya.
Podría haber sido una quinta si la inaugural la cosa hubiera caído de su lado, pero se vio algo desasistido por el equipo.
En todo caso que una carrera de siete días, en medio del World Tour, se sentencie el segundo día es algo a lo que no podemos resignarnos.
Ahora mismo Tadej Pogacar bebe de otro lado en vueltas por etapas y es más, dudo que el Vingegaard del mes de marzo pudiera hacerle sombra, otra cosa, ya lo sé, es el Tour.
Pogacar ha hecho y desecho una sencillez en esta Volta que sólo mentar sus dos compañeros de podio, Landa y Bernal, ya frustración que demostraban en sus declaraciones, es suficiente para hacer una buena foto de la realidad.
¿Es aburrido verle ganar así?
En parte sí, sentencia de una manera, come la moral de los rivales a tal escala, que no es la mejor fórmula de éxito y espectáculo para una carrera.
Esto es un hecho indiscutible, luego está lo que nos hace sentir él.
Cuando vemos competir al esloveno tenemos la certeza de que asistimos a algo único, mágico, eterno…
Son esas cosas que sabes que tardarás en volver a ver, eso es un hecho, como cuando ves a auténticos genios en lo suyo y eso que hacen de apasiona como es el caso del ciclismo entre los que leen este mal anillado cuaderno.
Tadej Pogacar revienta, literal y efectivamente, por donde pisa, es un fenómeno que traspasa al ciclismo y eso es bueno para este deporte.
Su forma de ganar, la empatía que muestra, la alegría por el trabajo bien hecho y el amor por la bicicleta, todo es una gozada, y compensa las primeras sensaciones de desánimo entre los rivales.
No he visto muchos así, más bien contados con los dedos de una mano, por eso larga vida al rey, porque además de lo que nos ofrece de inmaterial, nos va a dejar un de los mejores palmarés de la historia del ciclismo.
Imagen: UAE Team Emirates
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