Opinión ciclista
Sin saludos entre ciclistas se pierden valores
Hay grupetas que imponen el saludo entre ciclistas como norma básica
El otro día sacamos un artículo sobre los saludos ciclistas que dio que hablar.
En el mismo argumentamos que este sencillo gesto de complicidad, respeto y educación, se está perdiendo.
Que ya no nos saludamos como antes y que ya no se lleva.
El texto era sólo eso: opinión, y así se escribió, con respetuosa reflexión sobre algo que parece muy evidente de un tiempo a esta parte.
¿Por qué comento esto de nuevo?
Me sorprendió el alcance que tuvo su lectura y me sentí desbordado por la cantidad de comentarios de ciclistas que me expresaron su acuerdo, o desacuerdo, en un debate que había abierto «casi» sin querer.
El escrito fue muy compartido en redes sociales y se convirtió en foco de críticas para todos los gustos: favorables, en contra, y alguna hasta insultante.
La publicación recibió centenares de reacciones en Facebook, desde el «me gusta» hasta el «me enfada» pasando por el «me divierte», «me asombra» o «me entristece».
Además las diatribas que tildaron este opúsculo como de desastre, o de acierto, según consideraron otros muchos, venían desde diferentes puntos de vista de nuestra familia ciclista y la mayoría muy bien argumentadas.
El alboroto que produjo mi exposición, en la que aún sigo insistiendo en este hecho, hizo replantearme este segundo capítulo sobre una de las más clásicas costumbres entre ciclistas, ya que de todo lo generado por esta discusión, filtrando la calidad de la cantidad de las opiniones vertidas, se puede elaborar un trabajo de fin de grado sobre las buenas prácticas ciclistas para sacar nota.
Antes, un apunte.
Al día siguiente de escribir sobre este tema, salí como siempre a dar una vuelta con mi bici.
Me acordé mucho de vosotros, de los que me distéis la razón.
También de los que me pusisteis a caldo.
Aquella matinal en bicicleta no hizo más que corroborarme que en efecto es así, que la gente casi no saluda.
Los saludos ciclistas quedaron en el recuerdo
Os lo podéis creer o no.
Podréis pensar que exagero o no, pero os digo la puñetera verdad, de más de 50 ciclistas que me encontré tanto subiendo como bajando… ¡sólo dos me saludaron!
Podría no decir el lugar y obviarlo, pero no lo voy a hacer. Esto fue un domingo, como cualquier otro, ascendiendo (y descendiendo) la carretera de la Rabassada, aquí en Barcelona.
Aquel día tenía la piel muy fina y mi intención no era otra que comprobar si estaba en lo cierto o no.
Al final, ya lo veis, me sobraron dedos de una mano para contar los que me saludaron con un ligero movimiento de cabeza.
Dicho esto, quería explicaros de manera concisa, muchas de las observaciones que fui recibiendo, de lo más variopintas.
Algunas muy curiosas.
Otras, desagradables, espetándome que lo que había escrito era «basura».
Que estamos hablando de saludos ciclistas, no del sexto de los ángeles.
Se puede estar de acuerdo o no, a favor o en contra, pero llamarlo basura, hombre, un poco de respeto ¿no? Además, amigo, si me estás leyendo (sí, tú, el que me soltó esto), aún estoy esperando a que me argumentes por qué.
Otro me dijo que si seguía escribiendo así, seguro que muchos dejarían de saludarme.
Este comentario me lo puedo tomar más o menos en broma.
Seguro que está en lo cierto.
A lo que iba.
Muchos estuvisteis de acuerdo conmigo:
«Hoy me he cruzado con centenares de ciclistas y si me han saludado cuatro ya puedo estar contento».
Con comentarios del tipo: «muchos no saludan porque se creen pros y eso les pierde, ya que van mirando el Garmin, están pendientes de hacer el KOM en Strava o contando vatios… ¡cuánto daño ha hecho todo esto!».
La opinión generalizada era que «muchos alardean de llevar lo último y de machacar al que se encuentran, que adelantan en plan pro y ni te miran, sin dar ni los buenos días ni las buenas tardes, por supuesto».
Algunos justifican el hecho de que «antes, los que andábamos en bici éramos muchos menos, gente sencilla y sin tanta tontería» o que «ahora los hay que llevan poco tiempo con la bici y les hace falta aprender mucho, aunque lleven bicis caras que no por eso dejan de ser unos globeros».
Muchos dicen, no sin razón, que el saludo antes se enseñaba en las grupetas a los principiantes como algo básico, porque todos éramos compañeros, pero esto se ha perdido:
«Cierto, amigo. Llevo pedaleando 45 años y sigo saludando a todo el mundo. Eso es clase y ética. Espero que los que han llegado hace poco a este mundo ciclista empiecen a saludar y haya menos ‘postureo’ de los entrenos que hacen y ‘qué bueno soy’ en las redes sociales», me escribió un veterano cicloturista.
Otro me decía, con amargura: «Es una buena costumbre que se va perdiendo y es una lástima porque con ella se van los valores».
Algunos, hastiados, comentaban que «saludas hasta que te cansas de que la mayoría no lo haga, porque cuando no te contestan se te queda cara de tonto», aunque en el fondo luego piensan que «no hay que perder los modales» y que siempre saludan sean correspondidos o no.
Aprendí que, depende del lugar, se puede saludar de una manera u otra, con más o menos frecuencia, o de formas diferentes.
Por ejemplo en Navarra y País Vasco, con gran tradición y cultura ciclista, es muy raro no ser correspondido al grito de ¡lepaa!
O bien, como me comentó un buen amigo, «un saludo especial y genuino es el ‘valenciano’, que consiste en un saludo con un giro de la cabeza de izquierda a derecha, pero sin decir ni mu».
Amigos colombianos nos confirmaron que en su país el 95% de ciclistas sí se saludan… ¡con un silbido! Como en Perú. Desde México nos dijeron que «la mayoría de ruteros no contestan al saludo» o que en Argentina «la mitad saluda y la otra mitad, no».
Y de lo que también me he dado cuenta es que los beteteros no saludan a los ruteros (y viceversa).
Pero de esto, ya hablaré otro día.
Ilustración:
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
Opinión ciclista
Faltan datos para valorar el convenio de Movistar con Arabia
El anuncio de colaboración de Movistar y Arabia es incompleto
Dinero e influencia árabe en el deporte occidental es algo tan corriente, que a veces no entiendo tanto revuelo como ayer, cuando supimos del acuerdo de colaboración entre el Movistar Team y Arabia Saudí, a través, tengo entendido, de su federación.
Lo cierto es que el anuncio de ayer entra el molde habitual de estos comunicados.
Hablan de colaboración, lo centran en personal técnico y métodos de entrenamiento, pero poco hablan de lo que todos queremos saber: la panoja.
Y es así, y así lo refleja, por ejemplo, Cyclingnews, que deja la duda en el ambiente, cosa que no he leído en otros sitios.
Hace unas semanas, durante la Vuelta, Eusebio Unzue habló de dinero fresco para la estructura, luego vinieron los efímeros rumores de Repsol y ahora esto.
¿Es Arabia el mecenas que va a incrementar el presupuesto del Movistar Team?
Esa es la madre del cordero y la pregunta para la que nadie tiene, ahora mismo, una respuesta, por mucho que nos podamos imaginar que así habría de ser.
Como decía al principio, dinero e influencia árabe en el carísimo deporte occidental es un hecho que ya sabemos no es exclusivo del ciclismo.
En el caso de Arabia Saudí, es obvia su relación con el fútbol español, además de invertir en otros deportes como Fórmula 1, golf y ciclismo, con el Saudi Tour que les organiza ASO, como uno de esos bolos de pretemporada en medio del desierto, antes que empiece la campaña trascendente.
Para los países de la zona, es capital sacarse de encima el yugo del petróleo activando acciones ajenas al mismo, bien asesorados desde occidente.
Empezaron entrando en marcas de lujo de moda, colonias y esas cosas, siguiendo por infraestructuras y llegaron deporte, viendo el ciclismo como algo muy occidental en lo que también les interesa estar presentes y de paso blanquear su imagen.
A nadie se le escapa que estos países no son paradigma de derechos humanos ni tde rato igualitario entre mujeres y hombres, pero eso no ha sido óbice para negar su dinero y que siga la fiesta.
Porque cuando aplaudimos a un corredor del Bahrain o el UAE, o a ver el año que viene el Movistar, nos desproveemos de todos los prejuicios que podamos tenerles.
Hay en este sentido una entrevista muy interesante a Gino Mäder, corredor que ha tenido cierto compromiso con temas como el medio ambiente, en la que se encoge de hombros cuando se le pregunta por el sueldo que percibe y su pagador, el estado de Bahrain.
Vengo a decir que sí, que no es estético, que no es edificante de primeras, pero que el tinglado necesita de pasta y ésta ahora mismo está en ese lado del hemisferio y aunque nos hagamos cruces, el que gestiona las estructuras no dudará en cogerlo si en ello le va el futuro.
No olvidemos que en breve veremos un mundial de fútbol sacado del verano por jugarse en Qatar y que todos acabaremos mirando para otro lado en estas cuestiones.
Como en todo, el diablo está en el detalle y no sabemos el 100% del contenido de ese acuerdo, cuánto le supone a las arcas del gestor del equipo y que contraprestaciones tendrá, por ejemplo, en el maillot.
Por eso practicar la autopsia antes de cualquier saber el precio de todo esto, me parece precipitado.
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Albert
26 de diciembre, 2018 En 14:02
Si ni te saludan subiendo o bajando de la Rabassada 2/48, imagínate los que se pararan si tienes una avería o pinchazo. Para mi el saludo ? es obligatorio con la mano, la cabeza o los Buenos días y si no soy correspondido allá ellos como personas, porque ciclistas, No son! aunque vayan disfrazados ?