Opinión ciclista
Ciclistas: ¿Somos autocríticos?
Ciclistas convirtiendo una marcha en algo que genera vergüenza ajena
El otro día me explicaron lo que sucedió en una de las marchas más prestigiosas del calendario en este país.
Quizás muchos no lo sepan.
Sólo los que participaron y se puedan sentir identificados con algunas de las situaciones que se dieron aquel día.
Por eso quería compartir con vosotros lo que pasó aquel domingo «de marcha».
No voy a dar el nombre de la prueba.
Sólo diré que es una cicloturista en la que participan más de 8.000 ciclistas y es de carácter NO competitiva.
Los organizadores que se sientan reflejados, o los ciclistas que no dieron ejemplo con su actitud aquella jornada, allá ellos.
No es la Quebrantahuesos.
Se trata de afrontar un asequible paseo de poco más de 100 kilómetros, sin dificultad alguna, recorriendo bellas carreteras tanto del litoral como del interior, con el único propósito de pasar una divertida matinal, sin tiempos, ni clasificaciones, ni chips, eso sí, cada uno a su ritmo, con su hora programada de salida, ajustada a su condición física, con su avituallamiento bien situado dentro de la ruta y con el aliciente, además, de recibir un bonito trofeo conmemorativo de recuerdo por haber finalizado una jornada de auténtico cicloturismo.
Al menos ese es su espíritu.
La verdad es que me sentí escandalizado por lo explicado por muchos participantes sobre lo que sucedió.
En aquella marcha se vieron imágenes de un incivismo flagrante por parte de muchos participantes: gente ganando posiciones a gran velocidad dirección contraria, metiendo codos, adelantando por encima de las aceras, saltándose los semáforos a pares y no respetando ni siquiera los pasos cebra.
Y todo esto lo hicieron, según cicloturistas presenciales metidos en el seno de un gran pelotón, un 90% de los que «salieron a correr», que se sintieron muy avergonzados delante de todo el público que los vió pasar.
Y lo que es peor, «ciclistas» que no sólo pusieron en riesgo su integridad física tomando decisiones muy, muy, peligrosas -dijeron de algunos que comentaban que iban a por su récord en algún segmento del recorrido, para luego poderlo lucir en Strava-, sino que además expusieron la de los demás participantes, haciendo quiebros y colándose por cualquier hueco, como representó el hecho, muy grave, de que 9 de ellos fueron a parar al hospital y otro grupo tuvo que recibir asistencia sanitaria.
Mal, muy mal.
Ciclistas ¿A qué estamos jugando?
No voy a caer, de nuevo, en el eterno debate de que las marchas cicloturistas son carreras encubiertas, no, para nada.
Allá cada uno con su conciencia, pero lo que está muy claro es que aquella marcha no era una carrera, ni fomentó en ningún momento la competición, al contrario.
Además ya dejó muy claro, como el resto de marchas, claro está, que «el tráfico está abierto y todos los participantes deberán respetar las normas de circulación y seguir las instrucciones, tanto de las autoridades de tráfico como de la organización«.
Pues de esto, nada.
Con hechos así no hacemos más que tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado, ganarnos más enemigos de los que tenemos o perder a aquellos que finalmente habían confiado en nosotros, en nuestro colectivo.
Mucha vergüenza es la que siento, la verdad.
Con estas actitudes volvemos a las catacumbas, tiramos para atrás como los cangrejos, y perdemos crédito, mucho, ganado a pulso por gente que se ha roto la cara por nosotros para que se nos respete, por ganar ese metro y medio de separación con los vehículos.
Ciclistas ¿Y qué ganamos?
Ganamos mala fama, otra vez, y que nuestra lucha pueda llegar a no ser escuchada o que cause indiferencia total: si nosotros no respetamos las normas de tráfico… ¿cómo vamos a pedir al resto de usuarios de la vía pública que lo hagan?
Como diría aquel «¡así, no!»
Los que se crean pros, másters o globeros élite, que vayan a las carreras, que para eso están, porque estas maneras nos afectan a todos, empezando por el que quiere ir a trabajar en bici por la ciudad, sobre todo para hacer una sociedad más humana y menos contaminada, que son nuestros principales argumentos para seguir pedaleando.
Nos queda un largo trabajo por delante para conseguir la igualdad.
Si seguimos poniendo palos a nuestras ruedas, recuperar el tiempo perdido va a ser más complicado que atravesar el Bosque de Arenberg, que al igual que sus grandes, afilados y puntiagudos adoquines, nos hará desequilibrarnos de nuevo para caer en la falta de respeto.
No seamos hipócritas.
Todas las acciones tienen sus consecuencias y de esos polvos luego vendrán estos lodos, que nos enfangarán por completo.
Luego, los ciclistas nos escandalizaremos. Y buscaremos soluciones.
Pero primero fue «la carrera».
Opinión ciclista
Tour: Estas etapas matan el ciclismo
La primera de las etapas en Francia ha sido un lastre para el Tour
En un ciclismo, en una sociedad de paciencia menguante, como leo a Ander Izagirre, etapas como la primera del Tour en Francia son un tiro en el pie de este deporte.
Llego ahora a casa y leo que os estáis aburrrrriendo con la etapa tostón del Tour. Aquí tenéis algunas decisiones brutas y cómicas que tomaban los organizadores de Giro, Tour y Vuelta contra el aburrrrrimiento. pic.twitter.com/HDRvFMGrRr
— Ander Izagirre (@anderiza) July 4, 2023
No hablamos del deportista, ni de su necesidad de tomarse un respiro en una jornada que conecta la salida vasca con los Pirineos, que puede ser tomada con más o menos calma, hablamos de imagen, de la percepción, de la sensación que, o eres un enfermo de esto, o es imposible tragarse semejante bodrio.
¿Lo mejor?
La retransmisión, como casi siempre, aunque para conocer las Landas, quizá mejor los documentales de La 2.
La imagen de recreo y asueto generalizados esta jornada de julio fue el mejor tarjetón de invitación a la siesta.
Ya veis, el mito de la siesta y el ciclismo, con la voz de Perico o Javier Ares de fondo, en el calor de julio, las jornadas intensivas en el trabajo.
El ciclismo no puede permitirse etapas así, el Tour, tampoco.
Es la etapa cuatro del Tour de Francia 2023, no estamos en ruta hacia los Campos Elíseos, de homenaje al ganador, ni tampoco en el día después de una gran batalla.
Las fuerzas están frescas y las etapas buscan ganadores y protagonistas en su desarrollo.
El hecho que lamentaba Antonio Alix, sobre los belgas atacando al unísono, como en una broma pactada con la moto de Philippe Gilbert, define un paisaje triste, indigno de la mejor carrera del mundo.
El comentario de Contador, sobre cómo suben los clicks de su marca de bicicletas cada vez que uno de los suyos va en fuga debería ser de conocimiento generalizado en el pelotón, a sabiendas que hay mucha gente mirándoles, pero también equipos de marketing calculando cada segundo que su marca tiene exposición en la televisión.
Jasper Philipsen repitió triunfo en una de las peores etapas que recuerdo del Tour, y eso que hay unas cuantas, pues fumadas suceden cada año, puntuales a la cita.
El ciclismo no se puede permitir días así, los ciclistas por intocables que crean, tampoco.
Seguro que vendrán grandes días de ciclismo, pero si a la larga estos trayectos decantan la balanza sucederá que igual no habrá dinero para todos.
Imagen: A.S.O./Charly Lopez
Noticias de ciclismo
Qué poco sabemos sobre el Tramadol
Ahora mismo sólo el ciclismo ha prohibido el Tramadol
Cierto es que no es dopaje, no al menos sobre el papel y en la norma, pero a mí que me lo expliquen ¿qué cojones pasa con el tramadol?
En otras palabras, no se puede dejar de golpe https://t.co/34sQQ5uT7n
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) December 10, 2022
Su nombre corre por los mentideros hace tiempo, no da beneficio alguno en el rendimiento, sobre el papel, pero pitar con esto, o similar, te puede valer la ruina.
En ciclismo ya está prohibido, en otros deportes habrá que esperar, como si se necesitara un tiempo de transición para dejarlo estar.
La sensación, si no fuera porque la hemos visto mil veces en el deporte, sería fea, extraña, casi nauseabunda.
La cosa es sencilla, es matar la sensibilidad del deportista para que éste se centre en el rendimiento sin que nada moleste, si quiera eso tan humano que es el dolor por el esfuerzo fuera norma que esta gente practica.
Ver su gestión denota que hay que poner tanta gente, tan diversa, de acuerdo que parece hasta siniestro que a nadie se le hubiera ocurrido antes.
Otra muesca más en quienes dicen mirar por la salud del deportista
Pillaron en Catar, en puertas del mundial de fútbol a un tipo con 2000 pastillas de Tramadol, como aquel auxiliar de Festina cargado de mierda que cazaron en la frontera entre Bélgica y Francia camino de la salida del Tour en Dublín.
No sé si adujo «consumo privado» en su defensa.
En aquel caso, ya sabemos lo que pasó, en este caso es un argumento más para quienes abogan por el tramadol fuera del deporte, no sólo del ciclismo.
Como me decían en twitter este finde ¿qué no sabrá la WADA sobre el tramadol para hacer esto?
Y lo más tétrico: ¿Qué se habría evitado de haberle puesto coto antes?
El Tramadol no es dopaje, insisten, y escribo constantemente aquí, pero todo lo que toca lo pudre y estigmatiza.
Se utilizó como arma arrojadiza para los irresponsables que iban a saco en algunas llegadas, sin miedo ni complejos, y ahora pesa como una losa sobre una de las grandes estrellas del pelotón, el amigo Nairo, que sigue sin equipo, oficialmente reconocido a puertas de Navidad.
Lo lamentable de todo esto es que, como muchas veces digo, es que estamos ante la punta del iceberg… ¿cuánta parte del cuento nos estamos perdiendo?
Opinión ciclista
Luis Enrique y la mal llamada prensa deportiva
Lo que está sucediendo con Luis Enrique es el termómetro de la prensa que se llama deportiva
Este es un tema que cuando empecé este mal anillado cuaderno solía tratar, pero con el tiempo dejé de lado, por ser imposible sacar nada bueno. Hablo de eso que llaman prensa deportiva.
Admito que me gusta el mundial de fútbol, me gusta mucho, desde siempre, su historia, las leyendas, las sedes… es una mística que sólo los Juegos Olímpicos y ciertas carreras ciclistas, diferentes cada año, según resulten, pueden igualar.
Antes del evento en Qatar, ya sabíamos que el ambiente alrededor de la selección española iba a estar condicionado por la figura del seleccionador, un gran aficionado al ciclismo además, Luis Enrique.
Pues bien, no ha hecho más que empezar el evento y tenemos llamas en las redes contra Paco González, en representación de la camarilla, por su diatriba ante el seleccionador.
Al margen que me parezca que tenga o no razón, el fútbol es algo tan apasionante como espectáculo colectivo, que esto, para mí es una menudencia, lo que me alucina es el ensañamiento gratuito contra una persona que podrá caerte mejor o peor pero que si está será por haber demostrado méritos suficientes para ejercer.
Es la bronca política, el negarle toda cualidad al adversario, llevada a la prensa que se dice deportiva.
Para la gente del ciclismo, la verdad, lo que tenga que decir esta gente poco o nada nos va a sorprender.
Con los años nos han regalado análisis sesudos como aquel que decía que el ciclismo es un deporte fácil porque van sentados o los mismos que medían la salud del ciclismo español por la cantidad de corredores que iban al Tour.
No entremos en cuando hablaban de dopaje.
Ahora, parece que a muchos se les ha caído la careta de esta camarilla.
España, lo siento, no tiene prensa deportiva, tiene una banda de malos actores, aireando lo peor de algo tan hermoso como el fútbol, para sacarse el sueldo a final de mes.
Lo triste es cuando se acuerdan de otros deportes, tipo ciclismo, y sale a flote toda su desconexión con la realidad del deporte.
A mí personalmente Luis Enrique me cae bien, sé que no es políticamente correcto pero al menos lo ves venir.
Y como repiten muchos, por cualquier cosa, hay que bancarle: que en sus famosos streams diga que está pendiente de la campaña de ciclocross me parece genial.
Tenemos aquí un buen embajador, un ciclista de papear kilómetros y sacarle todo el partido a la flaca.
Sólo por eso, y por destapar el disparate que algunos ejercen cada día en nombre de la prensa deportiva, le tenemos que querer.
Nosotros somos modestos, hablamos de nuestro deporte, nos equivocamos mil veces, pero somos directos y transparentes en nuestra opinión, pero sobretodo hablamos de algo que nos apasiona y lo hacemos con cariño infinito.
Opinión ciclista
Faltan datos para valorar el convenio de Movistar con Arabia
El anuncio de colaboración de Movistar y Arabia es incompleto
Dinero e influencia árabe en el deporte occidental es algo tan corriente, que a veces no entiendo tanto revuelo como ayer, cuando supimos del acuerdo de colaboración entre el Movistar Team y Arabia Saudí, a través, tengo entendido, de su federación.
Lo cierto es que el anuncio de ayer entra el molde habitual de estos comunicados.
Hablan de colaboración, lo centran en personal técnico y métodos de entrenamiento, pero poco hablan de lo que todos queremos saber: la panoja.
Y es así, y así lo refleja, por ejemplo, Cyclingnews, que deja la duda en el ambiente, cosa que no he leído en otros sitios.
Hace unas semanas, durante la Vuelta, Eusebio Unzue habló de dinero fresco para la estructura, luego vinieron los efímeros rumores de Repsol y ahora esto.
¿Es Arabia el mecenas que va a incrementar el presupuesto del Movistar Team?
Esa es la madre del cordero y la pregunta para la que nadie tiene, ahora mismo, una respuesta, por mucho que nos podamos imaginar que así habría de ser.
Como decía al principio, dinero e influencia árabe en el carísimo deporte occidental es un hecho que ya sabemos no es exclusivo del ciclismo.
En el caso de Arabia Saudí, es obvia su relación con el fútbol español, además de invertir en otros deportes como Fórmula 1, golf y ciclismo, con el Saudi Tour que les organiza ASO, como uno de esos bolos de pretemporada en medio del desierto, antes que empiece la campaña trascendente.
Para los países de la zona, es capital sacarse de encima el yugo del petróleo activando acciones ajenas al mismo, bien asesorados desde occidente.
Empezaron entrando en marcas de lujo de moda, colonias y esas cosas, siguiendo por infraestructuras y llegaron deporte, viendo el ciclismo como algo muy occidental en lo que también les interesa estar presentes y de paso blanquear su imagen.
A nadie se le escapa que estos países no son paradigma de derechos humanos ni tde rato igualitario entre mujeres y hombres, pero eso no ha sido óbice para negar su dinero y que siga la fiesta.
Porque cuando aplaudimos a un corredor del Bahrain o el UAE, o a ver el año que viene el Movistar, nos desproveemos de todos los prejuicios que podamos tenerles.
Hay en este sentido una entrevista muy interesante a Gino Mäder, corredor que ha tenido cierto compromiso con temas como el medio ambiente, en la que se encoge de hombros cuando se le pregunta por el sueldo que percibe y su pagador, el estado de Bahrain.
Vengo a decir que sí, que no es estético, que no es edificante de primeras, pero que el tinglado necesita de pasta y ésta ahora mismo está en ese lado del hemisferio y aunque nos hagamos cruces, el que gestiona las estructuras no dudará en cogerlo si en ello le va el futuro.
No olvidemos que en breve veremos un mundial de fútbol sacado del verano por jugarse en Qatar y que todos acabaremos mirando para otro lado en estas cuestiones.
Como en todo, el diablo está en el detalle y no sabemos el 100% del contenido de ese acuerdo, cuánto le supone a las arcas del gestor del equipo y que contraprestaciones tendrá, por ejemplo, en el maillot.
Por eso practicar la autopsia antes de cualquier saber el precio de todo esto, me parece precipitado.
-
Ciclistas1 semana atrás
3 clasicómanos que se aproximarían a Mathieu Van der Poel
-
Ciclismo4 días atrás
Movistar y los puntos, esta historia me suena
-
Ciclismo antiguo3 días atrás
1994: La Flecha Valona que cambió el ciclismo
-
Noticias de ciclismo7 días atrás
Amstel Gold Race: ¿Quién puede evitar el éxito de Van der Poel?
-
Ciclismo1 día atrás
Ciclista: El casco, siempre el casco
-
Ciclismo antiguo6 días atrás
Amstel Gold Race by Jan Raas
-
Ciclismo4 días atrás
La Flecha Valona de Igor Astarloa ya queda lejos
-
Ciclistas2 días atrás
5 desenlaces de capo en los monumentos