Subir la salida al Garmin es sólo una parte del placer de la bicicleta
En la esfera de os deportistas amateurs, aquellos que sacamos tiempo de donde no lo hay y combinamos el deporte con la vida, la familia, el trabajo, han sonado todas las alarmas con la caída de Garmin.
Quien tenga un reloj de la marca lleva unos días sn poder subir sus actividades, ni a la plataforma propia de Garmin, ni al propio Strava.
Miedo, caos, casi pánico, cuando se cae una de esas redes que sujetan nuestra vida, surgen todos los temores.
El trenzado de las redes sociales con lo diario es tal, que resulta imposible marcar la línea entre lo social, personal e íntimo.
Una locura que hace tiempo que describimos, que respetamos, pero no compartimos.
Las redes son un motor excelente para que el menos pintado un día se calce unas zapatillas y salga en bicicleta, a rodar y mejorar, a machacarse algunos días, pero siempre consciente de que en casa hay alguien esperando.
El problema viene cuando la historia se envenena y suceden situaciones como las que Unai Yus nos describía hace un par de post, locuras al servicio de Strava como hoguera de vanidades.
Salidas insanas, llevando al cuerpo al límite de todos los límites, un poco como cuando el confinamiento describíamos situaciones dantescas en el rodillo.
Si lo sabemos, cada uno es muy libre de hacer lo que le plazca.
Pero el retrato de una sociedad que se alarma porque el Garmin no conecta no es el más beneficioso, al punto que oímos que si no se puede subir a la plataforma para qué salir…
Pues sencillo, el ciclismo, la bicicleta antes de Garmin era placer, aire en la cara, sudor en los brazos, mirada despejada, paisajes inspiradores, todo eso era, y es la bicicleta.
La salida hecha cuenta, esté o no en Garmin, y no cabe vuelta de hoja, la salida cuenta porque el cuerpo la disfruta y padece a partes iguales, y eso amigos no tiene precio.
Veremos en qué queda el hackeo de Garmin y esa plataforma que no hace tanto recomendábamos sin saber que le acechaban de esa manera.
El ciclismo es todo: madrugar, salir, apretar, la parada en el bar, la foto y el perfil de la salida… todo en su medida, todo en el pack.
imagen: Jordi Santacana Fotografía