El ancho y largo de la campaña tiene de todo, tedio, más tedio y días que merece la pena haber visto. Yo me quedo con tres, tres destellos, tres momentos, que hacen que la espera valga la pena. Ahi van.
#DiaD 13 de marzo Contador no renuncia en Niza
Lo dijimos entonces, lo repetimos ahora, nos gusta el Contador que habla sobre la carretera. Nos gusta el ciclista inconformista, que no renuncia, que no se conforma. Habrá tiempo de valorar su campaña, pero por el momento el retazo que nos ofreció el día final de la París-Niza enciende nuestra admiración.
Con Geraint Thomas en amarillo, todo quedaba para el final. Contador dibujo el esquema mil veces hecho y otras tantas logrado. Se fue por delante y puso en un brete al lider galés. Sólo le siguió Richie Porte, mientras que Wellens se les acopló por delante para ganar la etapa. Contador tuvo su carrera talismán a tocar durante varios kilómetros, pero Geraint es ducho en el arte de perseguir y en el descenso salvó los muebles.
#DiaD 8 de abril Diego Rosa y el ciclismo de héroes
Subir a Arrate se se puede hacer por varios sitios. En esta Vuelta al País Vasco quisieron sacar todas las vertientes del monstruo eibarrés. Como dijimos aquella húmeda tarde de abril, las etapas reinas se dibujan sobre el papel, pero las hacen los corredores.
Y hay veces que el ciclismo se viste de grandeza mayúscula, emulando aquellos ancestros que hicieron celebre este deporte, alcanzando una de esas victorias de uno entre un millón.
Porque en el penoso transitar por las cuencas del alto Deba, los ciclistas probaron todo tipo de agua, esa que hiela, esa que agujera el alma, que quiebra las fuerzas y pule las mejillas. Diego Rosa ha sido uno de los corredores que más ha crecido en Astana, ahora vestirá el negro Team Sky y si alguien quieren saber cuáles son sus cualidades, que vea ese día, y entienda lo que es un trotón.
#DiaD 26 de mayo Trentin y la estrategia redonda
Sinceramente Matteo Trentin es un ciclista que me encanta. Su palmarés no es el más abundante del pelotón pero, la verdad, es un privilegio escrutarlo. Es un Pablo Lastras, un ciclista que apunta alto pocas veces y cuando puede hacerlo, tiene el dedo presto a acertar en la dinana.
El Giro de este año ofreció un show por etapa y la semana final el espectáculo se desmelenó. Hubo un día, el de Pinerolo, en las llanuras piamontesas que anteceden a los Alpes que la carrera tocó el cielo de la emoción cuando en las cuestas que llevaban a meta se destacaron Moser y Brambilla sin que Trentin, el compañero del segundo, les perdiera nunca la aspiración.
Trentin, desplazado, parecia fuera de carrera, hasta que Brambilla empezó a racanear. Ahí el tema se acabó. El sobrino de Francesco experimentó la pinza en sus propias pieles. Brambilla miró al cielo, y Trentin apareció. El éxtasis, cuando a poco de meta superó a Moreno. Una de esas historias que sólo se ven en el Giro.
imagen tomada de EITB
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