Michael Matthews gana en carreras donde se concentran ciclistas que no corren para especular
Hay varias cosas que definen a uno de los ciclistas más singulares del pelotón: Michael Matthews.
Es rápido, pero no el que más, sube bien ciertas cotas, pero no el que más, contrarrelojea los prólogos, pero no el que más.
Sin embargo, y con todo ello, Michael Matthews engorda uno de mejores palmarés del momento a golpe de olfato en carreras que se significan por ser auténticas ruletas.
Porque las dos clásicas de Canadá que coinciden con la Vuelta a España acostumbran a ser un nido de buenos ciclistas regalando competiciones de mucho nivel.
Así ganar en Quebec y Montreal, aunque no tenga el nombre de otras pruebas, tiene su mérito.
Canadá, carreras corridas sin mirar al de al lado
Antesala del mundial, cada prueba se toma como una base sobre lo que idear el inminente mundial.
Y cada una tiene su nombres.
Peter Kennaugh estuvo cerca en Quebec. El persecucionista inglés, de la quinta de Geraint, es el fondo de armario del equipo de Peter Sagan.
Pero Matthews dejó en nada el intento.
Hablando de Mundial, en Bkool ya está el recorrido
Como los no pocos que hubieron en Montreal, ciclismo en parques anglosajones y avenidas enormes.
Aquí tuvimos actuaciones corales, con dos nombres que son denominador común: Mateh Mojoric y Tim Wellens.
En especial, el primero, que primero buscas sus opciones, escapado veinte kilómetros con el grupo a unos veinte segundos, todo el rato, y luego si eso ayuda a Sonny Colbrelli.
No pudieron evitar la victoria de Matthews, pero como decíamos ayer, con los Lagos y los dos tipos de ciclistas que corren por los mundos de Dios: están los que las ven venir y sacan provecho del esfuerzo ajeno y los que toman el mando de su suerte, y en Canadá suele haber mucho de los segundos.
Imagen tomada de FB de Grands Prix Cyclistes