El Nippo-Vini Fantini sale de Bolonia con un ciclista menos por las «necesidades» de patrocinador
Hiroki Nishimura es un joven ciclista de Tokyo que tiene ya una historia para contar: no pasar el corte de la primera etapa del Giro de Italia y acabar fuera de la carrera al octavo kilómetro.
La actuación de Primoz Roglic le dejó seco al corredor del Nippo-Vini Fantini sin haber salido de los límites municipales de Bolonia.
Leemos que «Nishimura pagó la tensión de verse en una carrera así. Se le llevó al Giro para que adquiriera experiencia pero los nervios le pasaron factura y acabó fuera. Pasó una mala noche, casi sin dormir y así no podía competir».
Lo cierto es que el Nippo-Vini Fantini lleva una campaña en la que muchas alegrías no se ha podido permitir, con una victoria en una carrera tailandesa.
En su historia hubo grandes nombres como el lanzador argentino Max Richeze o el príncipe sin corona veronés, Damiano Cunego, ganador del Giro de hace quince años y ya.
Ahora mismo incorpora cinco ciclistas japoneses en la plantilla fruto de la normal cuota que el país que paga la fiesta quiere imponer.
Entre otros Sho Hatsuyama, el artífice de la primera fuga en solitario de la carrera por la Toscana.
200 kilómetros en medio del viento y los paisajes de la provincia de Siena.
Fruto de esa normal imposición, que el ciclismo da por descontada, el equipo se queda ahora con siete ciclistas.
Un equipo profesional con un ciclista menos en una jauría de World Tour pujando por todo un Giro de Italia.
Les lidera Marco Canola, tienen a Ivan Santaromita y Juanjo Lobato para buscarse la vida en las llegadas.
Este Giro tiene buenas etapas para el jienense, por cierto.
Pero no nos desviemos, que la regla no escrita pero efectiva de poner a alguien en el equipo por ser del país de uno de los patrocinadores puede resultar entendible, otra cosa es que sea, deportivamente lo más apropiado.
Al chaval japonés se le ha hecho pasar por un calvario que no ha servido para nada y deja al equipo cojo, de inicio, en su carrera de cabecera.
El ciclismo tiene moldes, estructuras mentales que a veces por el mero hecho de argumentar «es que siempre se ha hecho así» debería replantearse.
Se habrá quedado muy bien con el mecenas nipón, pero el de Italia, el de los vinos que ha pagado un equipo que ha tenido sus coqueteos con el dopaje -un saludo a Mauro Santambrogio, que llegó a discutirle un Giro a Nibali antes de dar positivo por EPO- sigue sosteniendo un equipo que va a la contra.
Las cuotas son entendibles, incluso legítimas, «pago luego mando», pero…
Imagen: FB Giro d´Italia