Ciclistas
Nairo: las vueltas no duran cuatro semanas
Uno puede o no puede. Es capaz o no. Quiere o no quiere. El Giro entra en la zona roja, en el punto de no retorno y el escenario que había dibujado el gran favorito, Nairo Quintana , simplemente no se da, no ha lugar, no se consuma. Aunque queden dos llegadas en alto más una crono, a nadie se le escapa que en Movistar no tienen motivos para la satisfacción. Alguien midió mal, sencillamente hizo corto.
Porque es posible que Nairo tenga un mal día en Oropa, que lo tenga en la crono, o en el Stelvio, o en la concatenación del grupo Sella, pero cuando se da la circunstancia de que en todos y cada uno de los momentos mencionados el colombiano no encuentra el tono es que la forma no es la que debía ser y que en esa alquimia que se ha convertido el doblete Giro-Tour, en Movistar no se ha acertado.
Los azules han hecho lo que tenían que hacer, a veces con tanto entusiasmo, con tanta gente por delante, y tan buena además, que hasta Nairo debe sentir soledad en la panza del grupo. Ha faltado Nairo, su punch, sus piernas, su forma. Yo no sé si valoraron que esta circunstancia se podía dar, pero lo que está claro es que los rivales y su potencian no fueron valorados en su justa medida, no al menos hasta 72 horas de llegar a Milán.
Pero como decía al principio, se puede o no hacer las cosas, puedes o no tener duende, pero de lo que no cabe duda es que no puedes proyectar en otros las limitaciones que tú mismo te has impuesto. Cuando Nairo dijo que ansiaba el doblete, pudimos imaginarnos cómo iba a correr, con la calculadora y la balanza a cada curva y eso está haciendo, de forma tan exagerada que sería capaz de inmolarse en el podio con tal de no entrar en un relevo mal dado. Y eso es lo que nos molesta, la especulación llevada a la máxima expresión, y eso es lo que nos decepciona: la sensación que hay rienda, y que no se suelta, que se pone límites al genio, se coarta el talento.
Nosotros por talento entendemos lo que hace Tom Dumolin, cuyo apretón de anteayer mantiene con cierta emoción una carrera que en otras circunstancias y la crono final por disputar estaría vista para sentencia. Dumolin gestiona como nadie la escasez, a 80 de meta le quedaba Ten Dam, al poco rato nadie, pero el gigantón trepa y se descuenta sigilosamente por el grupo y siempre encuentra la rueda amiga y cuando hay que apostar, lo hace, como cuando salió al ralentí a más de cincuenta de meta a por Nibali y Nairo.
Cuando a unos cuatro kilómetros de meta Reichenbach caza por detrás a los tres mejores de la general y los ve ahí, derrochando cada pedalada en discusiones que en buena lógica ni deberían producirse, quienes estaban amenazados por Pinot, Pozzovivo y Zakarin, eran el segundo y tercero de la general, Nairo y Nibali, y no el líder, quien además de salir a los ataques con efectividad, se permite acelerar frente a sus rivales. Ahí es nada.
Está crecido Dumolin, y que tenga cuidado, porque aunque le asiste la razón en parte de lo que dice sobre sus compañeros de top 3, quizá se lleve una sorpresa. Hace un año por estas fechas su compatriota Stven Kruijswijk lo tenía hecho y mirad como acabó, mientras Nibali esté por ahí, un inoportuno apretón puede ser un mal menor.
Porque las palabras la carga el diablo y si Tom miraba los vídeos de Indurain debería saber que al navarro no se le conoció una provocación, es más apaciguaba de tal manera, que caía bien a todos, hasta a los rivales que sonrojaba en la carretera.
Imagen tomada de FB de Team Sunweb
Imagen tomada de FB de Giro Italia
Ciclistas
Cuando empiece el Tour, hablaremos de Vingegaard
No sabremos si Vingegaard está preparado para el Tour hasta que éste arranque
Que ciclismo se juega en diferentes tableros y planos al mismo tiempo es una realidad tan tangible como que en UAE y Pogacar están disputando el Giro con un ojo a lo que sucede con Jonas Vingegaard y el Tour de Francia.
Ya lo hemos comentado varias veces, varía algo el planteamiento en Italia según vaya la recuperación de su gran rival para el Tour.
Visma ha exagerado las heridas de su líder??? https://t.co/5qUBrEpxL1
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) May 12, 2024
Es cierto que Matxin comenta que ahora están con la mente en Italia y lo que suceda estos días por ahí, pero también lo es que seguro que están mirando con el rabillo a julio y el Tour, porque como nos dijo Davide Cassani «el Giro me lo quiero mucho, pero el Tour es lo más importante«.
En el camino hacia el Tour hay un nombre importante, clave, que es el de Jonas Vingegard, que defiende la doble corona de estos años.
El otro día le vimos por primera vez en bicicleta y los comentarios ya se han disparado.
En mi caso, nada menos que alegrarme por volver a verle sobre una flaca, rodando y cogiendo las sensaciones y la forma tras la horrible caída de la Itzulia.
Pero en el mundillo surge un runrún sobre su verdadero estado en Florencia, cuando la carrera se ponga en marcha y es más, ciertos sectores hablan de «exageración» en el reporte médico del corredor.
Que los equipos se guarden bazas y escatimen información es un clásico, no sólo de Visma, al final como tantas veces dice Contador, si estás mal tratas que tus rivales no se enteren.
Otra cosa es exagerar un informe médico, cosa que me parece muy grave y señala directamente al hospital, que aquí ni pincha ni corta.
Lo que le sucedió a Vingegaard en la Ituzlia es lo que pone en el informe y todo lo demás son conjeturas que son lícitas aunque creo que no van al caso, pues lo que más nos importa es que el danés esté lo mejor posible en la salida de Tour.
Sin Vingegaard está en Florencia finales de junio, tened la seguridad que será para hacerlo bien y eso para él es estar si no en la victoria, sí cerca de ella.
Si lo logra, no creo que sea por una exageración del informe y sí por su trabajo estas semanas, el suyo y el de los suyos.
Cruzad los dedos, por eso, porque como no esté en su mejor punto, el Tour quedará condicionado de inicio, y mucho, por más que Pogacar pueda tener un percance o demás.
Ahora mismo sólo el nórdico puede con el esloveno.
Ciclistas
Pelayo Sánchez, en la etapa más bonita del Giro
El manual de Pelayo vale perfectamente para ganar en el Giro
Son 180 puntos en la maldita clasificación, aire, oxígeno, pero es también la imagen, el triunfo, el recuerdo y la emoción.
Pelayo Sánchez era uno de esos nombres que llamaba la atención en la startlist del Giro.
Un ciclista en progresión, que no llegaba con el casillero vacío, un dinamitero, tan diferente al perfil habitual de ciclista español, pero al mismo tiempo tan apreciado en los tiempos presentes.
Podemos decir que Pelayo ha ganado un etapón, de inicio a fin, de izquierda a derecha, en este Giro de Italia.
Ha costado un mundo formar la fuga y cuando ésta se ha hecho, el material que la componía era, como no podía ser de otra manera, de primera calidad.
Luego los cortes y los filtros, para quedarse con dos cocos, Julian Alaphilippe y Luke Plapp.
Pero Pelayo los ha manejado a la perfección, ha medido cada gramo de su fuerza, sabedor de lo que venía con él y lo que amenazaba por detrás y ha sentenciado de forma excelente, cargado de fuerza, táctica e ingenio.
Cuando más tiemblan las piernas, cuando las dudas asaltan y el cansancio lastra, Pelayo ha sido capaz de jugar a ganador con Alaphilippe y Plapp, en un repertorio de recursos y quehaceres que me ha encantado.
Sencillamente magistral y eso que ese manual, el de Pelayo, está empezando a llenar páginas.
Esto ha sido el apartado deportivo, lo crematístico.
Luego ha estado lo otro, el envoltorio, lo que ha rodeado la etapa, 110% Giro de Italia en un tránsito mágico de norte a sur por la Toscana.
Una maravilla en forma de valles, cipreses y pueblos, qué pueblos, el paso por Volterra, Casole d´Elsa y esta maravillosa toma con Siena al fondo.
es todo, es el todo y, si no me equivoco, Siena, ahí al fondo.
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) May 9, 2024
Hoy el ciclismo ha sido redondo, en todos los sentidos, culminado por un final antológico de Pelayo Sánchez, que abre en el Giro la cuenta de sus muchas victorias
Qué seguro estuvo todo el día Alaphilippe de que el asturiano iba a ser su gran rival, incluso por delante de un sólido Luke Plapp.
Así sí, Movistar ha entrado al trapo, en los cortes, jugando a ganar, en etapas que quedan en la memoria porque son terribles y excelentes.
Una victoria de esas que seguro cambian cosas.
Imagen: FB de Giro d´Italia
Ciclistas
Maglia rosa y Pogacar, cualqueir combinación vale
En 3 etapas de maglia rosa, Pogacar ha utilizado otras tantas combinaciones
Si el foco de salida ya estaba en Tadej Pogacar, imaginaros ahora que viste la maglia rosa.
El tío es un jugón, hay que admitírselo y aunque ayer jugáramos con el titular, que te puede gustar el ciclismo, pero no Pogacar, hay que rendirse a la evidencia de que este corredor es como el Rey Midas del ciclismo.
Se sabe observado, juguetea y lo disfruta y lo mejor hace partícipes a todos del disfrute.
Así las cosas, apareció de inicio con una maglia rosa combinada, muy guapo a mi gusto, con un culote ciclamino que luego supimos que era homenaje al Torino.
Eso le valió la ridícula advertencia de los comisarios de la carrera, que si repetía esa combinación le podían descalificar cuando el culote era de la propia organización.
Al día siguiente apareció con el culote negro reglamentario del equipo y la marca que les provee la ropa.
Es una tarta de fresa https://t.co/JCdfTPEtC6
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) May 8, 2024
Hoy ha llegado. Lucca «full pink» como rizando el rizo.
A mí, en ciclismo, casi todas las combinaciones me parecen bien salvo el cuote blanco, que no me agrada ni siquiera para el campeón del mundo.
Que Pogacar combine la maglia rosa con un culote del mismo color, perfecto, pero el golpe estético de su primer día con el liderato ha dejado huella, sin duda, pero sobretodo ha corroborado lo que tantas veces digo, que da igual lo que se ponga, que siempre tendrá la aprobación del respetable.
Imagen: FB de Giorgio Ialenti
Ciclismo
Vingegaard ya está corriendo el Tour
Un mes y pico después Vingegaard hace su primera salida con la vista en el Tour
Vivimos un periodo dorado en muchos aspectos el ciclismo uno de ellos, quizá el más destacado sea ese triángulo cuyos vértices son Vingegaard, Pogacar y Tour de Francia.
La grave caída del danés nos cogió en Italia, en la ruta de las dos primeras etapas del próximo Tour.
Ahí estaban profesionales del turismo, técnicos de la Emilia Romagna y el propio Davide Cassani dándole vueltas a la recuperación del dorsal número 1.
He de decir que incluso en las horas posteriores a la caída, el exseleccionador italiano era relativamente optimista sobre la recuperación de Jonas.
Otra cosa fue que al poco supimos de sus problemas en los pulmones y que la gravedad de sus heridas eran peores que los primeros pronósticos.
Poca broma con la cantidad de días que pasó en el hospital de Vitoria, aunque por suerte nada tan grave como leí en algunos sitios en los que elucubraron con el final de su carrera deportiva.
Jonas is back riding on his bike outside again. 🤩🐝
Hear what he has to say about his recovery and the Tour de France. pic.twitter.com/Rf1d3odoeM
— Team Visma | Lease a Bike (@vismaleaseabike) May 7, 2024
Sea como fuera de todo aquello hace poco más de un mes, tiempo que ha pasado para ver de nuevo a Jonas Vingegaard paseando en bicicleta y hablando de la posibilidad de ir al Tour.
Yo sin duda que quiero verlo en la salida de Florencia a finales de junio.
Ojo que quedan menos de dos meses y por eso Vingegaard ya ha empezado a correr el Tour.
La suerte de las caídas e incidentes ha sido inversa esta vez.
Vingegaard llegará al Tour tocado y posiblemente no en su mejor forma, como el año pasado le sucedió a Pogacar.
En todo caso, estoy con lo que comentó Contador sobre el nivel de reto que le supone a Vingegaard llegar bien a la mejor carrera del mundo, un nivel de reto que él mismo ya ha asumido anualmente enfrentándose al mejor ciclista de su generación.
Ante el vendaval Pogacar, cuya comparación más obvia nos lleva a Bernard Hinault, el danés mantiene el esquema clásico de fijar el Tour como gran objetivo y luego todo lo demás.
Una cosa tengo clara, si Vingegaard se pone el dorsal en Florencia para la salida del Tour, tened por seguro que estará lo más cerca posible de la perfección, quizá no al 100%, pero cerca y que lo intentará como el que más.
Cualquier otra opción no la considero.
No, en este ciclismo.
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Cami
26 de mayo, 2017 En 3:43
Se empieza a parecer a Armstrong y no a Induráin… Lástima, porque se ve que tiene talento, pero ahora me temo que hay más de uno (y a lo mejor también miles de tifosi en las carreteras) deseando que quien salga del podio sea él.