Ciclismo antiguo
¿Por qué siempre sale alguien con el dopaje cuando recordamos a Indurain?
Rara es la vez que un contenido de Indurain no recibe respuestas de dopaje en las redes
Hace casi cinco años un conocido seguidor de Miguel Indurain, Manuel Pérez, en su grupo de Facebook escribió un bonito artículo en este mal anillado cuaderno, que finalizaba con una referencia al dopaje…
No tengo ni la más remota idea si dentro de 200 años aparecerá en algún laboratorio de Francia, un doctor o un investigador con una micro muestra de un pis que dejó Induráin en no sé qué sitio, ni si ese pis tendrá un nanogramo de una sustancia que tenía uso terapéutico u otro… Me daría igual, le he visto atender a todo el mundo siempre con una sonrisa; tener detalles personales que te dejan boquiabierto, miles de cosas que darían para un libro. Pero me quedo con una sola cosa. Miguel Induráin es de verdad, es real. Fue, es y será el mejor.
En este cuaderno nos gusta recordar mucho a Miguel Indurain, lo admitimos
Ponemos acento en gestas deportivas que creemos nunca volveremos a ver, La Plagne, Luxmeburgo, el mundial de Colombia… fueron tantas cosas, en tantos años, que los recuerdos trepan hasta estas manos y toman forma a través de un teclado que sí, rezuma nostalgia, a veces mucha.
Pero fueron nuestros años, los de nuestra adolescencia, crecimos viéndole en la televisión, soñando vagamente un día estar ahí, entre la gente, en los puertos, sorteando mil obstáculos, todos con suerte, omitiendo lo mucho de duro y triste que tiene este oficio.
Quizá el libro que mejor retrata este sentimiento es el que recuerda a Bugno y las horas y días que el autor se dedicó a seguirle con admiración por medio mundo aquellas tardes de los veranos de los noventa.
Escuchad cualquier capítulo de Pedal Vintage, que nos firman los excelentes Saúl Miguel y Miguel González, para entender que los noventa pusieron los cimientos de esta pasión que demostramos por el ciclismo.
Y el rey de esa época, fue Miguel.
Sin embargo, raro es el artículo sobre Indurain que no acaba con insinuaciones de dopaje por alguna de las redes en las que nos movemos.
Para muestra un botón…
Hasta que apareció el.controm de EPO y acabo el sueño…..
— la Biela de Pogacar (@Bielador1) January 11, 2021
Ya sabemos que el ciclismo de los noventa arrastra un merecido estigma, ya sabemos de exhibiciones estratosféricas, somos conscientes de la factura que le ha supuesto al ciclismo y queremos creer, así nos lo repiten por mil sitios, que todo está más limpio y decente.
Un día reflexionamos sobre los rivales de Indurain, pocos se libraban de un positivo en su trayectoria.
Sólo comentarlo, casi nos cuesta salir del país.
Queremos creerlo, incluso cuando sale alguna noticia en sentido contrario, incluso cuando vemos cosas que necesitas de frotarte los ojos para creerlas.
Como todo en la vida, lo que vemos en la tele tiene magia, y la magia, el truco, y si no somos capaces de admitirla, quizá es que malgastamos el tiempo y energía en algo que no nos merece la pena.
Claro que hay que denunciar cuando la falta es flagrante e incluso está juzgada, todo lo demás es ruido, mala hostia y mal perder, pues insinuar estaríamos insinuando hasta el infinito.
Cuando te dicen «es que es un secreto a voces», es sencillo, ve y denuncia, para lanzar porquería, mejor quedarse en la cueva.
Nosotros sabemos bien lo que había en los noventa. como dije aquello era magia, pero la vimos saliendo del caparazón, la recordamos como eso y ese recuerdo es más potente, como bien dice Manuel en el primer párrafo, que todas las insinuaciones que puedan caer, vengan de donde vengan.
Aquello fue verdad, nuestra verdad.
Ciclismo antiguo
París-Niza 1989, el primer gran Indurain
Con esa victoria en la París-Niza, Miguel Indurain se postulaba en los escenarios grandes
En el baúl del recuerdo, mirándolo ahora, y gracias a la invitación de los amigos de Pedal Vintage, uno se percata del valor que tuvo aquella París-Niza de 1989 para Miguel Indurain.
El mocetón ya había dado algunas claves de su clase, un crecimiento contenido bajo las recomendaciones de reputados médicos que hablaban del portento que estaban cultivando en el inolvidable Reynolds.
El año anterior, 1988, había formado parte del equipo que acompañó a Perico en su Tour, con ese famoso capítulo del Peyresourde en el que empezó a descolgar a gente y casi se quedó solo.
A las pocas semanas ganaría la primera de sus tres Voltas.
Pero el año 1989 fue otra cosa, fue pisar suelo francés y seguir su idilio con el país vecino, donde ya había triunfado en un Tour de la CEE, lo que hoy sería el Avenir.
En esa París-Niza, Miguel Indurain anticiparía cosas que habrían de pasar durante los años venideros.
El inicio en París, lo ganó el prologuista por excelencia, Thierry Marie, pero con Indurain ceca, a cinco décimas de segundo, y por delante de los dos grandes favoritos, Laurent Fignon y Stephen Roche.
El navarro ya había puesto el pie en la carrera y de ahí nadie le apartaría, ni siquiera una mala crono por equipos de 58 kilómetros en medio de una carrera de una semana de duración.
Aquel era otro ciclismo.
Pese a la mala crono por equipos, y eso que Reynolds iba con Gorospe y Mauri, entre otros, Indurain utilizó un par de jornadas consecutivas para de remontarle el minuto veinte que el joven Laurent Bezault, el «nuevo Jeff Bernard» le llamaron, le había tomado al final de aquel test colectivo.
Fueron dos movimientos tan significativos como premonitorios.
En el Mont Faron, Indurain se pone en cabeza del grupo de los grandes desde el inicio, y hace de la preciosa subida a orillas del Mediterráneo el primer gran filtro de la carrera.
Uno a uno, un goteo sin fin tras la estela del ciclista del Reynolds que le sacó los colores hasta el mismo Stephen Roche, el gran favorito, toda vez que Laurent Fignon se había retirado (ganaría en San Remo a los pocos días.
Café para muy cafeteros pic.twitter.com/mDT1mUvCnf
— JoanSeguidor (@JoanSeguidor) April 23, 2024
Al día siguiente, una jornada de media montaña hace el resto. a poco de coronar el Col de Vignon, el vigente ganador del Tour, Pedro Delgado hace destrozo en el pelotón y lanza a su compañero cuesta abajo.
Miguel Indurain cogería al fugado, su futuro compañero en Banesto, Gerard Rué, y entre ambos disparan la diferencia hasta más allá del minuto.
Con el navarro de líder, sólo quedaba defender la renta en el Col d´Eze ante el «hiperespecialista» Stephen Roche quien se queda a 13 segundos de la gesta.
Sin saberlo, había perdido el irlandés ante el inminente monstruo del ciclismo, un poderío latente que en ese 1989 despertó del todo, incluso en el Tour, en un lugar llamado Cauterets.
Imagen: @crstobalcabezas
Ciclismo antiguo
Briançon, Lieja & Valkenburg, las 3 esquinas del ciclismo
Grandes vueltas, monumentos, ciclocross… esto ocurre en Lieja, Briançon y Valkenburg
Hay lugares en el bello globo bendecidos por la naturaleza, la belleza o el azar. En ciclismo hay tres en concreto que beben de su ubicación y extraordinaria tradición. Supongo que podréis añadir alguno más, pero a mi se me ocurren estos tres: Lieja, Briançon y Valkenburg.
La primera la conocéis de sobra, es noticia una vez al año, fijo, cuando no más.
Es la cuna de la decana, la Lieja-Bastogne-Lieja porque era el trayecto que encajaba para que los periodistas fueran y vinieran en tren el día de carrera, siguiendo al pelotón.
Por Lieja además pasa el Tour de forma recurrente, si no es directamente, en tránsito
Por Lieja discurrió incluso una edición de la Vuelta a España y en Lieja se han jugado varios campeonatos del mundo.
Incluso Lieja ha albergado el mundial, recuerdo uno en tiempos de Mariano Cañardo cuando los italianos monopolizaban la contienda.
Luego está Briançon, ahí en el valle, encajada entre Izoard y Galibier, en medio de un océano de cimas con nieves perpetuas, en una encrucijada, cerca de Italia, de Sestriere, la puerta al valle de Aosta.
Briançon y su ciudadela han visto el mismo año el Giro y a las pocas semanas el Tour de Francia
Si no es final de etapa, es ciudad de paso. En el olimpo de los lugares ciclistas, está tocada.
Ciudades bendecidas por el ciclismo: Lieja, Briançon y… Valkenburg.
Aunque si queréis que os seamos sinceros, lo de Valkenburg es rizar el rizo.
Encajada en el Limburgo, la ceja de las Árdenas donde los Países Bajos dejan de ser bajos.
En el corazón de la vieja europa la ciudad neerlandesa es al ciclismo lo que Old Trafford al fútbol, la catedral del circo de las dos ruedas, un idilio del lugar, de la gente y el paisaje con la bicicleta.
Valkenburg tiene por descontado el ciclismo anualmente siendo ciudad de paso, mil veces, y meta de la Amstel Gold Race, la fiesta nacional neerlandesa de la bicicleta y el ciclismo.
Valkenburg ha puesto en el mapa un enclave como el Cauberg, la violenta subida en la que Philippe Gilbert hace estragos, habiendo ganando varias veces la Amstel Gold Race y siendo, incluso, campeón del mundo.
La ciudad del Valkenburg, modesta en dimensiones y población ha sido sede de los Campeonatos del Mundo de ciclismo en carretera cinco veces. Nada más y nada menos.
Cinco mundiales de ciclismo han acontecido en Valkenburg
Viajamos a 1938 y conocemos a marcel Kint, alemán, que se convierte en campeón mundial.
Diez años después, y tres ediciones más allá, por el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial, Valkenburg corona a Alberico Schotte, el belga que sacó petróleo de la increíble rivalidad de Bartali y Coppi, anulados en un marcaje imposible.
Año 1979. Jan Raas, el especialista en la Amstel, saca oro de Valnkenburg que bate al sprint a Thurau y Bernaudeau.
Ya en el 98, Oskar Camenzind, suizo de Mapei, se corona campeón el día que todos miraban a Michele Bartoli bajo el diluvio de septiembre limbugués.
El Tour tambièn ha aterrizado por Valkenburg, dos veces además. Ganaron Giles Delion, prometedor francés, en 1992, y Matthias Kessler, alemán de final infeliz, en 2006.
Pues bien, con este bagaje, con una infinidad de carreras, pruebas y eventos relacionados con las dos ruedas, el Campeonato del Mundo de ciclocross aterrizó hace cinco años en Valkenburg.
Imagen: G.Demouveaux
Ciclismo antiguo
1994: La Flecha Valona que cambió el ciclismo
Nada fue igual tras la Flecha Valona de 1994 y los azules haciendo pleno
La primera parte de los noventa se tiene como la época más oscura de la historia del ciclismo y muchos toman la Flecha Valona de 1994 como el cénit.
No son pocos los testimonios que hablan de un ciclismo psicodélico, de corredores que no corrían, volaban, de cosas raras, de podencos hechos caballos de carreras,…
Testimonios no faltan.
Dos son elocuentes. Greg Lemond justifica parte de su declive por las dos velocidades de aquel ciclismo, un salto de rendimiento que apuntaba una sustancia cuyas siglas eran EPO. David Millar habla en su libro de sus primeras carreras como algo inalcanzable, no había ni roto a sudar que el pelotón ya les había dejado de rueda.
#DiaD 20 de abril de 1994
En el año 94, la Vuelta a España seguía disputándose en abril.
En la antesala de la misma estaba el tríptico de las Ardenas, pero en orden diferente al actual. Una semana después de Roubaix, se corría la Lieja, luego la Flecha Valona y finalmente la Amstel, posteriormente vendría la Vuelta que en esa ocasión dominaría a placer Tony Rominger.
La Flecha Valona se presentaba como la reválida para Eugeny Berzin. El ruso de rubia cabellera había ganado en Lieja días antes y era la punta de lanza del potente Gewiss. Por nombres el equipo celeste copaba las apuestas, sin embargo, los italianos no querían ganar, querían sencillamente coparlo todo.
En el llano que precedía el muro de Huy, Berzin, que iba insultantemente fácil, tomaba unos metros sin que nadie osara seguirle, salvo sus dos compañeros Moreno Argentin y Giorgio Furlan. En la cima de Huy Argentin culminaba la masacre, siendo primero por delante de sus dos colegas.
“Ellos ruedan y nosotros nos quedamos. Hacen que ir en bici parezca sencillo, no necesitan ni preparar estrategia alguna” dijo Gérard Rué, el gregario de Miguel Indurain, preso de la incredulidad.
Los peores temores que circulaban por el pelotón se hacían realidad y las sospechas no tardaron en plasmarse cuando al día siguiente en una conversación entre Michele Ferrari y varios periodistas, en una pedanía de Lieja, el galeno afirmaba sin pudor:
“Si yo soy ciclista y sé que hay una sustancia que mejora el rendimiento y otros la usan, yo también la utilizaría. La EPO no es mala, sólo lo es si abusas de ella, como si te atiborras de zumo de naranja”.
En efecto, el ciclismo de dos velocidades ya era un secreto publicado y público, la caja de pandora se había abierto, estallaría en pocos años…
Imagen: Cronoescalada
Ciclismo antiguo
Amstel Gold Race by Jan Raas
Nadie dominó la Amstel Gold Race como Jan Raas
Jan Raas fue una de las esas buenas figuras que tuvo el ciclismo a finales de los setenta y principios de la siguiente, que hizo de la Amstel Gold Race su feudo, se la llamó «Amstel Gold Raas».
Nacido en 1952, fue posiblemente el primer ciclista con pinta de intelectual.
Todo un espejo donde se miró el maître Fignon.
Fue posiblemente el gran valedor de esa megaestructura neerlandesa llamada Ti Raleigh comandada por Peter Post.A Raas la victoria le gustaba más que a un tonto un lápiz
Era perrete, parecía italiano más que ciudadano del respetable reino neerlandés.
Gustaba, además, de tomar el pelo a los rivales.
Su último gran triunfo fue en el Tour de 1984, una etapa donde puteó con tino al visceral Marc Madiot, hasta que le rebañó la victoria toda vez que le había asegurado que no estaba para dar relevos.
Sin embargo tuvo gestos encomiables, como cuando renunció al amarillo en un prólogo muy condicionado por la furiosa lluvia.
Eso sí, al día siguiente se empleó a fondo para vestirlo en buena lid.
Éste era Jan Raas
En 1977 Jan Raas ganó su primera Amstel, poco después de hacerlo en San Remo
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cepero
24 de enero, 2021 En 10:12
Sois unos.fundamentalistas Induranianos…
Antonio
24 de enero, 2021 En 10:41
No sé si será verdad pero yo hoi decir que don Juan Carlos rey de España fue a Francia a pedir que no castigarán a indurain por dopaje ese año se prohibió la sustancia que tomaba indurain en años anteriores no estaba prohibida fueron paulatina mente proiviendo sustancias dopantes durante varios años era lo que decían los medios
Begoña
24 de enero, 2021 En 17:28
Creo que decir ahora, después de tanto tiempo, cualquier cosa es muy fácil, sobre todo porque no hay nada ni nadie que la pueda apoyar o anular. Lo que sí es cierto, es la capacidad de sufrimiento y el esfuerzo que supuso a Miguel cada Tour, pedalada a pedalada, con calor, con frío, con lo que tocó en cada momento, durante la carrera o en la preparación previa. Y eso nadie lo puede dudar, porque todos los navarros al menos, lo hemos visto entrenar, sudar, sufrir en la carretera, así que ánimo Miguel que te ganaste nuestro cariño y nuestro respeto.
Ricardo
24 de enero, 2021 En 17:37
Una opinión muy respetable, si no fuera por las faltas de ortografía.
DAMIAN MIGUEL
24 de enero, 2021 En 20:13
Así somos los españoles.Tenemos a un grande del Tour como es Indurain y lo tiramos por tierra.Que pena de esa gente que es una incrédula.Chapeau por Indurain.
Juan
25 de enero, 2021 En 7:56
Envidia a Indurain….
Julián G.M.
25 de enero, 2021 En 15:38
Escribes así de verdad? Yo creía que el analfabetismo había sido erradicado de este país. Como la viruela.
Iban Vega
25 de enero, 2021 En 19:31
tu carencia de educación es abrumadora
Jose
9 de noviembre, 2021 En 2:42
Indurain perdio la mayoria de las carreras en que participo.la mayoria de los Tours en que participo.Debe ser que al ser de los nuestros no ha cubierto su dosis de sombra y siempre sale alguien echandole mas mierda encima.
Indurain habia ganado 2 Tours del Porvenir, 2 Paris Niza,etc….mucho antes de ganar los Tours.Indurain se retiro mucho antes que hubiera controles Epo.De hecho se retiro mucho antes de que hubiera controles de Hematocrito que fueron la antesala de los controles de Epo.El caso Festina que fue en el 98 cuando Indurain llevaba retirado desde el 96, se produce precisamente porque al no haber controles de Epo , se producen controles policiales en los hoteles tras pillar a un masajista del equipo con un coche cargado de dosis.
Indurain es un caballero del deporte y nunca ha entrado a enfangarse porque digese lo que digese siempre saldrian criticos.Le va a pasar como a Valverde, que anda hasta con un triciclo y gana a cualquier edad, pero toda la vida va a ver quien le saque la operacion puerto.Si hay que sacar cosas de las que se pudo aprobechar seria mas justo hablar de que tuvo a su favor unas ediciones con puertos largos y tendidos, desarrollos,mecanica,desarrollos tecnologicos,contrarelojs largas,etc… que favorecieron sus condiciones en detrimento de las condiciones de otros competidores, aunque en los ultimos tours empezaron a desarrollar recorridos anti Indurain.
Para mi , especulando, el final de su carrera vino del motivo de tener su carrera ya hecha, y mas que perder que que ganar.Vease Fabio Casartelli, por ejemplo, y la constante irrupcion de estrellas fugazes cargadas de Epo, y donde si el ganar ya no estaba limitado por el control anti doping y aunque habia estudios de que se podia tener un 64 por ciento de epo en sangre en competicion sin riesgos, eso suponia estar levantandose por la noche para que el pulso no bajase de cierto nivel, estar todo el pendiente de estar hidratado, y todo el mundo sabe que Indurain dormia del tiron y que iba mejor con calor….Ahora que cada cual que lea este post, si le da la gana de analizar , que saque sus ideas si quiere y puede.Porque esto es un poco de crem, entre tanta mierda que se vierte.Solo para compensar un poco .
Javier
4 de mayo, 2022 En 17:39
Indurain era muy bueno y seguramente el mejor de su generacion con mucha diferencia. Pero pensar que gano sin tomar nada en un peloton donde todo el mundo tomaba de todo es ser muy inocente. O es que la EPO llego de repente cuando se retiro Indurain?